Al principio, cuando Dios creó al ser humano,
este era vegetariano al igual que todos los animales:
Génesis 1:29-30
“29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda
planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay
fruto y que da semilla; os serán para comer.30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y
a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde
les será para comer. Y fue así.”
Fue luego del pecado y la rebelión del Hombre contra Dios que las
cosas cambiaron, Dios le dijo al Hombre: “Maldita será la tierra por tu causa, con
dolor comerás de ella todos los días de tu vida.”
Génesis 3:17-19
“17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y
comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la
tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”
18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”
Fue recién luego del Diluvio que Dios permitió tanto al Hombre
como a los animales alimentarse de carne animal:
Génesis 9:3
“3 Todo lo que se mueve y vive, os será para
mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.”
Maximiliano Castagnino.